sábado, 29 de marzo de 2014

La decisión de un Diablo - Capítulo 17

Aquí estoy, ya recuperado de mis heridas, después de recordarlo casi todo desde aquél día. No sé qué ocurrirá a continuación pero en cualquier caso esta debe ser la última ronda. Todo o nada. Vivir o morir. Victoria o derrota. En cualquiera de los casos me lo pasaré bien machacando todo lo que pueda a Dios. Ya me he cansado de estar dando vueltas, es hora de que uno de los dos muera. No permitiré que volvamos a descansar para recuperarnos de nuestras heridas. Esta ciudad en ruinas será nuestro último campo de batalla. Estoy sentado en el borde de uno de los edificios que aún quedan en pie. Esperando a que aparezca.

Ya le veo y me levanto.
-¡Eh, atontado! –le grito. Vuelvo a sonreír. -¡Estoy aquí! –Bajo de un salto. Nada más tocar el suelo nos abalanzamos hacia el otro y nos golpeamos mutuamente en la cara y salimos despedidos.
-¡Voy a borrarte esa sonrisa!
-¡Jajajaja! ¡Como si pudieras! –viene embalado y salto, consigo esquivar su golpe por nada y de una patada le estrello contra el suelo. –Esta velocidad tiene inconvenientes ¿Eh? –Antes de yo tocar el suelo se levanta y saltando me da en el estómago. Me manda a volar, uso mi energía para detenerme en el aire e impulsarme para caer en picado. Esquiva por muy poco y rápidamente continuo atacando. Se cubre de tres golpes, antes de empezar el cuarto me ataca él y me da en el hombro derecho. Consigo agarrarme a su brazo antes de salir disparado y le pongo entre la pared a la que me lanzó y yo. Cojo su cabeza con ambas manos y la estrello contra el suelo. Le doy una patada antes de que reaccione. Se recupera y viene a de nuevo. Esta vez no me da tiempo de reaccionar. Me da una serie de puñetazos en el estómago. Escupo sangre. Coge mi cabeza y saltando me golpea con su rodilla. Consigo recuperar el equilibrio antes de caer hacia atrás, le agarro las piernas y le vuelvo a tumbar en el suelo. Noto que cae un poco de sangre de mi cabeza. Me arrodillo encima suya y empiezo a pegarle. Se cubre, me devuelve algunos golpes. Cada vez sangramos más, pero seguimos en perfectas condiciones para continuar la batalla. Procuro no lanzarle más, es más efectivo ser yo mismo el que le golpee que hacerle chocar con el escenario, pero no se puede evitar. Él también empieza a pensar igual. Intentamos mantener los pies en el suelo y dejar de salir disparados a todas partes. Es más sencillo decirlo que hacerlo. Me agacho y le doy en su cadera por la derecha, vuelvo a levantarme dándole un gancho de izquierda en la barbilla y sale volando de nuevo. Hasta que las armaduras de energía se agotaran seguiría pasando lo mismo. Me pregunto cuánto más podrán aguantar, todo tiene un límite. Me lanzo a por él. Cuando me estoy acercando se detiene en el aire y me golpea en la cabeza, tirándome otra vez abajo. Me presiona con una rodilla en el pecho, me cubro la cabeza y me golpea sin parar. Consigo detener ambos brazos. Expulso energía para alejarlo y me levanto. Acerco mi pecho al suyo y le agarro. Intento tirarlo al suelo y él hace lo mismo. Ninguno cede. Decido cambiar de estrategia. Rápidamente paso casi toda mi energía a mi brazo derecho, agarro su hombro derecho y me alejo de él tirando con todas mis fuerzas. Casi consigo arrancárselo. Está sangrando por donde le agarré. Vuelvo a ir a por el mismo brazo y mientras yo tiro, él hace lo mismo con mi pierna. Nos arrancamos mutuamente las extremidades. Ahora tengo que pelear por lo bajo, usando mis brazos también para moverme. Este error le ha dado ventaja, pero no me puedo echar atrás, no puedo huir. Lo dije antes: Todo o nada. Concentro la energía en la pierna que me queda y salto en horizontal con todas mis fuerzas. Cambio la energía a mis brazos y agarro sus piernas. Tiro con todas mis fuerzas y consigo arrancarle una pierna y desencajar la otra. Derrapo en el suelo y vuelvo a poner los brazos para reaccionar lo más rápido que pueda a un contraataque. Pero está en el suelo. Espero. No se mueve. No puede haber sido tan fácil. Un golpe tan desesperado no ha podido ganar. Me levanto y concentro mi energía para sostenerme como si fuera otra pierna. Se gira. Parece que quiere gritar de dolor. Me acerco despacio. Salto y de un golpe le termino de arrancar la pierna restante.
-¡Aaaaaaa…¡ -Grita del dolor. Sujeto su brazo izquierdo con mi mano derecha. Con la izquierda le agarro el cuello y empiezo a ahogarle. Me cuesta por la energía que le protege, pero poco a poco se queda sin aire. Después de dejarle sin aire tendré que romperle el cuello. Intenta respirar desesperado, no lo entiendo. ¿No sabe prescindir de respirar? Eso me lo pone más fácil todavía. Aprieto con más fuerza, hasta que llegó el momento en el que dejó de moverse. Ahora podía ver su energía empezar a salir de su cuerpo. La absorbo toda, la necesito para recuperarme. Tardo tres minutos en absorberla toda y restaurar mi cuerpo. El poder que siento es increíble. Podría destruir el planeta entero de un solo golpe si me concentrara. Pero hay un lugar que quiero preservar. Así que destruiré al resto de la humanidad poco a poco. Me levanto y me doy media vuelta. ¿Sam? Noto………………………

¡Aaah! es la primera vez en mi vida que grito de dolor físico y supongo que la última. Estoy tumbado en el suelo. Sam me está sujetando una mano, usando su energía para calmar mi dolor. Aún duele pero al menos puedo pensar y hablar. Puedo ver escrito “Styrla” en el mango de la daga que acaba de clavarme Sam en el abdomen. Es como si me arrancara todo el tiempo la piel de cuajo, como arrancarme cada músculo… Ahora que veo a Sam vuelo a ser el que era antes de abandonarme a la locura. Lo veo todo con tanta claridad. ¿Cómo no se me ocurrió antes?
-Oye… Yo y mi curiosidad ¿De quién es el plan? –Le pregunto. Lo necesito saber antes de morir.
-Mío
-Dime si me equivoco. Mi padre te lo ordenó. –Asiente –Tú provocaste… a aquellos tipos que maté para que torturaran y asesinaran… a Marc. –Asiente. Respiro hondo. A duras penas aguanto el dolor –Tú hiciste que Cristal… me viera después de que matara a esos tipos. –Asiente. Sam muestra unas lágrimas. –Tú… le indicaste a Dios cómo… cómo encontrarnos. –Asiente –Tú modificaste… la energía de Cristal para que repeliera la mía… y no poder salvarla. –Asiente –Hiciste un gran trabajo. –me mira sorprendida
-¿Quieres matarme? Estoy a tu servicio, si quieres me suicido.
-¿Se supone… que es alguna especie… de broma? –intento reír, pero el dolor interrumpe la débil risa. Respiro hondo de nuevo –Es curioso. Me he dedicado… a vengarme de todo lo que me hacían… y ahora que tengo a la… verdadera culpable... delante de mí… No voy a hacer nada. Estoy calmado. O lo estaría si no fuera por el dolor.
-¿Quieres preguntarme algo?
-No. Sé por qué mi padre… tomó esta decisión. Pensé… que lo había decidido yo. Pero nada de lo que ha… pasado este último año fue… decisión mía. La decisión de un Diablo se marcará en la historia. Lástima que no vaya a tener el mérito que se merece: Librar… a la humanidad de nosotros dos, dejar que decidan ellos su destino. –Lo noto. Me queda poco tiempo de vida. –Oye, te voy a dar mi primera y última orden.
-Dime –ya está llorando sin control.
-Procura que no encuentren la tumba de Cristal. Y vive tu vida.
-Lo… haré. –Relajo mi cuerpo. Miro al cielo. Cada vez duele menos. Sonrío.
-¡Ja! Me pregunto cómo cambiará todo… Yo y mi…


jRS
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