jueves, 13 de febrero de 2014

Homeless. Primer acto INJUSTICIA. (4) Corrupción.



Decepcionada.

Así es como me siento.

Cuando empecé en esto, estaba llena de ilusión. Me lo vendieron como una manera de cambiar el mundo, de acabar con la injusticia. ¿Y qué me he encontrado? Mentiras, promesas incumplidas, ideas radicales, gente que no ve más allá, estás conmigo o sin mí, con el partido o te largas…

Todo lo he aguantado. Lo he hecho porque también he encontrado gente como yo, he conocido gente noble que piensa sin fronteras, y que lucha por lo que cree justo...pero también he visto como esas personas no avanzan, no prosperan...

Puede ser que esté muy negativa. La decepción ha sido mayúscula al encontrarme con esto.
No soy una ilusa, sabía que en el mundo de la política hay corrupción, y que en todos los partidos hay gente dispuesta a entrar en el juego. Siempre he pensado que la política sólo es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Los ladrones, aprovechados, mentirosos...no son sólo patrimonio de los políticos, los hay en todos lados…pero esto,…esto es demasiado...esto demuestra que todo está corrompido.

Todo podrido y sin límites: robo, coacción, extorsión, prevaricación...e incluso probablemente asesinatos.
No puede ser, todavía no me lo creo.

Cuando el periodista contactó conmigo para contarme todo lo que había descubierto, no le creí. ¿Cómo iba a hacerlo? ¿Cómo pensar que personas con las que comparto ideas, trabajo e incluso he considerado amigos, están metidos en esto?

Él me aseguraba que se había acercado a mí porque creía que yo era distinta, que podía ayudarle a seguir investigando. Me pasé unos meses sin creerle y rechazando incluso sus llamadas...hasta llegué a olvidar el asunto.

Pero entonces llegó el día…

…llegó el día que descubrí que todo lo que me contaba era verdad.

Entonces fui yo quién le llamó. En principio todo era una "simple" trama de corrupción. Dinero, dinero, dinero...el asqueroso dinero. Ya daba asco el asunto, pero seguimos tirando del hilo, tiramos, tiramos y tiramos...hasta descubrirlo todo...

Lo siento, todavía me resisto a creerlo. Además no me creo que Jorge esté metido en  esto. No hemos encontrado nada que lo inculpe directamente. Pero él es uno de los jefes.

Jorge fue quién me animó a esto. El que me convenció de que juntos podíamos cambiar las cosas. Quiero creer que todo se ha hecho a sus espaldas. Quiero creer que cuando se lo demuestre estará tan indignado como yo. Quiero convencerlo a que salga de esto, tengo que hablar con él. Le prometí al periodista que todavía no se lo diría a nadie, que aguantaría hasta que todo se publicara…me prometía que pronto lo destaparemos todo...

…pero no puedo hacerlo. Se lo debo a Jorge.

Desde que le conocí me llamó la atención. La política para mí era un terreno no deseado, sin atracción. Pero él me convenció de lo contrario. Me insistía en que era la forma de cambiar cosas. Me mostró como a pesar de los fallos, las cosas cambiaban. Lentamente sí, pero cambiaban.

La primera vez que nos conocimos fue en un congreso sobre política social. Me habían invitado a una mesa redonda sobre "Las políticas dirigidas a luchar contra las adicciones". Allí coincidimos. A pesar de su discurso politizado, confieso que después cuando nos tomábamos un café me conmovió su visión de las cosas. Parecía verdaderamente concienciado con el problema. Quedamos entonces para tener una reunión y explicarle el proyecto en donde yo trabajaba. Me dijo que buscaría fórmulas de colaboración. Concertamos el encuentro y días después me llamó su secretaria para fijar el día y la hora de la reunión. Me sorprendí bastante. Estaba cansada de promesas de reuniones y colaboraciones que después no llegaban a ningún lado. Pero Jorge parecía realmente interesado.

Quedamos y le expliqué mis ideas. Fue entonces cuando me contó que un hermano suyo tenía un problema de adicciones y eso le llevaba a estar muy sensibilizado con todo lo que tenía que ver con la lucha contra las drogas.

Desde entonces tuvimos mucho feeling, dentro de sus posibilidades me ayudaba en todo lo que podía, hasta que me propuso que me uniera a su equipo. Insistía en que me quería a su lado para metas más grandes y como le gustaba decir una y otra vez "cambiar las cosas".

Al principio me negué. A pesar de que me gustaba la idea, la política me producía rechazo.

Pero insistió, una y otra vez…

…y al final acepté su propuesta.

Di el paso. Dejé mi trabajo y me uní a su proyecto.

Y la gente confió en él, en nosotros.

Cuando ganamos, todo eran promesas, trabajo, unión... No me importaban los obstáculos, creía que luchábamos en la dirección correcta. Cuando estaba con él, me sentía  confiada, segura.

Pero todo se quedó en promesas…

Reconozco que siento atracción por él. ¿Cómo no sentirlo? Joven, guapo, con liderazgo...pero estaba casado. Así que nunca me he atrevido a intentar nada, mis principios me lo impiden. No sé si a él se le ha pasado por la cabeza, algo me dice que sí...miradas, abrazos...pero nunca ha habido nada más. Tampoco lo permitiría. Tiene una familia, mujer, hijos...

Tengo que llamarlo. Tengo que hablar con él. Seguro que reaccionará.

 Mi objetivo ahora es destaparlo todo. Si el sistema está podrido, habrá que abrir las ventanas.



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